El viento sopla en tu cara
El agua refresca tus pies
La vista conmueve a tus ojos
Táctiles maravillas conoces
En brazos maternos un niño descansa
Rebozando frágiles naturalezas antes perpetuas
Cual incierto aire individualista de sus padres
Calentándolo en un manto de cinismo dulce
Aquel niño llora de hambrienta necesidad de una madre natural
Una bella cordillera, un lago amigo
No piensan en su cruel destino
De los árboles milenarios, cariñosas praderas
No se sabe lo que les espera
Cementado siniestro redunda nuestras vidas
Y nos agudiza el sentido de la insensibilidad
Acomodándonos virtuales paisajes de bellezas lejanas
Un velo desidioso nos acompaña
Dos caminos
Por acá se teje la sequedad Por acá tus nietos conocerán los vientos
No redundemos desidiosos el volátil individualismo que nos corroe
Para que estas letras y muchas otras
Puedan defender lo que no se puede defender por si solo
1 comentario:
Uhm!... q buen escrito éste. Me hace pensar en el sur y en esas cosas que echo de menos, que añoro, que me dan nostalgia. El aroma a leña que sale de una casa con chimenea o una Bosca, el olor del pasto recién cortado, el olor de la tierra después de una lluvia, el sentir una suave brisa de invierno, contemplar durante varios minutos una lluvia torrencial en las que en más de una ocasión caían hasta granizos, el sonido que se produce de las hojas secas que son pizadas. Y cuantas cosas más que no vienen a mi mente en estos mementos.
Sensaciones que produce la majestuosa naturaleza.
Sabes tengo taaantas ganas de ir a Linares y recorrer sus calles, mis lugares de infancia, uuuyyy que nostalgia. Y si quisiera que alguien me acompañara podrías estar en la lista de personas, porque tienes también una conexión con esa remota ciudad.
Escribí un comentario en la entrada que comentaste de mi blog.
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