El viento sopla en tu cara
El agua refresca tus pies
La vista conmueve a tus ojos
Táctiles maravillas conoces
En brazos maternos un niño descansa
Rebozando frágiles naturalezas antes perpetuas
Cual incierto aire individualista de sus padres
Calentándolo en un manto de cinismo dulce
Aquel niño llora de hambrienta necesidad de una madre natural
Una bella cordillera, un lago amigo
No piensan en su cruel destino
De los árboles milenarios, cariñosas praderas
No se sabe lo que les espera
Cementado siniestro redunda nuestras vidas
Y nos agudiza el sentido de la insensibilidad
Acomodándonos virtuales paisajes de bellezas lejanas
Un velo desidioso nos acompaña
Dos caminos
Por acá se teje la sequedad Por acá tus nietos conocerán los vientos
No redundemos desidiosos el volátil individualismo que nos corroe
Para que estas letras y muchas otras
Puedan defender lo que no se puede defender por si solo