lunes, 27 de septiembre de 2010

A trotes



A trotes.

De los pasos de niño nos desgarra la vida
nos quita el dulce de la boca, nos encamina.
Cual siniestra caricia de agua dulce
el velo de los rostros ajenos nos miran
nos avalan, nos rechazan, nos desafían.

Nuestras uñas crujen de igualdad necesitada;
nuestros ojos se asombran de la indiferencia
de aquellos ricos en gozosa experiencia,
de aquellos solos inconscientes pastores
de aquellos todos jóvenes caminantes.

Porque el caminar de hoy está de más
cuando se trata, de envolver las vidas,
de acongojar razones injustas parecer de amor
de puncionar el ego de las nubes para saciarlas
y que les gotee el filo de sus besos materiales.

A trotes

       a fabulosos trotes

la vida nos engaña.

A besos

       a innumerables besos

la vida nos delata.

El desnudarse pasa a ser infinito
el amar pasa a ser inaudito

A trotes

       a largos trotes

la vida se aleja en caricias sarcásticas.

A besos

       a pegajosos besos

no puedo tocarte más.

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